TL;DR: Ilya Sutskever acaba de lanzar la bomba de que la "Era de la escala" de la IA ha terminado. Apilar más GPU ya no resolverá nuestros problemas. Estamos entrando en una nueva "Era de la investigación" en la que el cuello de botella no es el cálculo, sino la percepción. Este cambio pone de manifiesto una debilidad fundamental de la IA actual: puede ejecutar, pero no puede aprender ni decidir realmente como un humano porque carece de la "experiencia vivida" forjada por la evolución. Para los profesionales, esto significa que su capacidad para sintetizar diversas experiencias del mundo real ya no es sólo una habilidad blanda; es el único foso que queda contra la automatización.
James aquí, Director General de Mercury Technology Solutions.
Ilya Sutskever, cofundador de OpenAI y ahora líder de Safe Superintelligence, concedió recientemente una entrevista que debería hacer temblar todas las salas de juntas de Silicon Valley.
Durante los últimos cinco años, toda la industria se ha embriagado con una sola idea: Escala. La creencia era que si hacíamos los modelos más grandes y los computabamos más, surgiría la inteligencia. Pero Ilya acaba de revelar que el emperador no tiene ropa. La era del escalado por fuerza bruta está llegando a su fin.
La pregunta ya no es: "¿Cuántas GPU podemos comprar?" Es: "¿Tenemos realmente alguna idea nueva?"
Este giro de la "Era de la Escala" a la "Era de la Investigación" tiene profundas implicaciones no sólo para los investigadores de IA, sino para todos los profesionales que intentan comprender su valor en la economía del futuro.
La paradoja del sabio idiota
¿Por qué una IA obtiene un percentil 99 en el examen de acceso a la abogacía pero no es capaz de escribir un código sencillo y sin errores en un flujo de trabajo real?
Ilya lo explica perfectamente: La IA es como un estudiante que ha "empollado" durante 10.000 horas. Puede memorizar patrones y aprobar exámenes. Pero en el momento en que sale de la sala de exámenes a la caótica realidad del mundo, se paraliza. Le falta el factor "eso", la capacidad de generalizar, de comprender intuitivamente el por qué detrás del qué.
Los humanos, en cambio, pueden aprender más con 100 horas de práctica que una IA con 10.000. ¿Por qué? ¿Por qué?
Supervivencia vs. Simulación: El origen de la inteligencia
Para entenderlo, tenemos que fijarnos en la obra de Andrej Karpathy. Distingue dos tipos de inteligencia:
- Inteligencia animal (impulsada por la supervivencia): La evolución forjó nuestros cerebros en un crisol de muerte. Si no aprendíamos rápido, si no entendíamos la dinámica social, si no predecíamos correctamente el peligro, moríamos. Nuestra inteligencia es eficiente, general y está profundamente arraigada en la realidad física de la supervivencia.
- Inteligencia Artificial (orientada a tareas): La IA nunca se ha enfrentado a la muerte. No tiene cuerpo, hambre ni miedo. Su "inteligencia" es un truco estadístico aprendido leyendo textos en Internet. Es una "Inteligencia Extraterrestre", un cambiaformas diseñado para complacer a los usuarios y minimizar las funciones de pérdida, no para sobrevivir en un mundo hostil.
Por eso la IA puede escribir un soneto, pero no se puede confiar en ella para tomar una decisión de inversión de alto riesgo. Carece de la función de valor emocional que nos dio la evolución.
Por qué la experiencia es el nuevo oro
Ilya menciona un estudio sobre pacientes con daño cerebral que perdieron su capacidad emocional. Conservaban su coeficiente intelectual pero se volvían incapaces de tomar decisiones. Podían pasarse horas debatiendo qué calcetines ponerse porque habían perdido la brújula interna que nos dice lo que importa.
Este es el estado de la IA actual. Tiene un coeficiente intelectual infinito pero cero sabiduría.
Por eso tu Experiencia Humana se está convirtiendo en el activo más valioso de la economía.
Una IA puede procesar un millón de casos prácticos sobre gestión de la cadena de suministro. Pero nunca ha estado en un muelle de carga a las 3 de la mañana bajo la lluvia, negociando con un camionero furioso. Esa experiencia única y visceral proporciona una profundidad de comprensión -un "sentimiento" para el sistema- que ningún entrenamiento de texto puede reproducir.
Su experiencia proporciona el contexto, el juicio y el peso emocional del que carece estructuralmente la IA.
La nueva definición de AGI: El becario definitivo
Ilya propone una nueva definición de AGI (Inteligencia General Artificial). No es un oráculo divino que lo sabe todo. Es un agente que puede aprender cualquier cosa rápidamente.
Piense en ello como si fuera un becario supergenio de 15 años. Tienen un potencial increíble, pero no conocen su empresa. Hay que desplegarlos, formarlos e integrarlos en tu organización.
Esto cambia por completo el futuro del trabajo. No compraremos herramientas de IA "acabadas"; contrataremos a "aprendices de IA" ¿Y quién les enseñará? Usted.
Los profesionales que prosperen serán aquellos que puedan actuar como Arquitectos Senior, aquellos con una experiencia profunda y vivida que puedan guiar, corregir y formar a estos becarios digitales de alto coeficiente intelectual y baja sabiduría.
Conclusiones: El retorno del "por qué
Durante años, hemos estado obsesionados con el "cómo": ejecución, eficiencia, escala. Ahora la IA ha conquistado el "Cómo"
Pero, como señala Ilya, cuando el coste de ejecución se reduce a cero, el valor de la idea -el "Por qué"- se dispara. Si las ideas son baratas, es porque hemos dejado de tenerlas.
Estamos entrando en un periodo en el que la capacidad de formular la pregunta adecuada, de plantear el problema y de discernir lo que realmente importa será la única habilidad que se cotice.
No tengas miedo de que la IA conozca más datos que tú. Confía en el hecho de que tú has vivido, y ella no. Esa experiencia es la brecha insalvable.
Soluciones tecnológicas Mercury: Acelerar la digitalidad.