Emprender no es apostar, es diseñar soluciones

TL;DR: Las industrias se ven alteradas constantemente (pensemos en los CD por los MP3, los MP3 por el streaming, los GPS por los smartphones). Esto hace que el espíritu empresarial parezca una apuesta arriesgada ("賭") a la hora de elegir la dirección correcta. Pero puedes mejorar considerablemente tus probabilidades si te centras en el buen diseño. Hoy en día, un buen diseño no es sólo estética; se trata de entender profundamente un problema y elaborar una solución funcional y significativa que logre un propósito específico. Aplicando el pensamiento de diseño -identificar primero las necesidades no cubiertas, diseñar el mecanismo de solución y luego elegir la tecnología- transformamos la iniciativa empresarial de una apuesta a ciegas en un proceso estratégico de creación de valor.

Todos lo hemos visto: Los MP3 acabaron con la industria del CD, para luego ser diezmados por Spotify y Apple Music. La navegación por smartphone convirtió en reliquias los GPS para coches. Los nuevos productos y servicios perturban constantemente las industrias existentes, reconfigurando nuestro mundo.

Este cambio incesante hace que el espíritu empresarial parezca una apuesta constante. Cada día, los fundadores apuestan ("賭") por el "tema" que han elegido -su producto, servicio o mercado principal- con la esperanza de que no se quede obsoleto mañana. Puede parecer que te ves obligado a hacer una apuesta diaria ("焗賭") solo para seguir siendo relevante. Pero, ¿se trata de una mera apuesta o podemos abordarla de forma más estratégica?

La evolución del significado de "buen diseño

Hace sesenta años, el "buen diseño" se refería principalmente a la estética del producto, es decir, a su aspecto. Hoy en día, aunque la estética sigue siendo importante, la evaluación de un buen diseño se centra más en la eficacia con que un producto o servicio cumple su propósito y función, y si crea un impacto positivo y duradero.

Cuando los empresarios desarrollan un nuevo producto o servicio, no se limitan a resolver la petición inmediata de un cliente concreto. Están apostando fundamentalmente a que esta nueva oferta será comercialmente viable ("能否賣錢") en el mercado más amplio. Cómo podemos hacer que esto sea menos una apuesta y más un movimiento calculado? La respuesta está en un buen diseño.

¿Qué entendemos por "diseño"?

"Diseño" es un concepto poderoso: puede ser un verbo (el acto de crear), un sustantivo (el resultado) e incluso una filosofía. Puede ser el motor del crecimiento de una empresa y el catalizador de su transformación. Ya sea tangible o intangible, cualquier cosa construida intencionadamente para alcanzar un ideal o un propósito puede considerarse producto del diseño.

En nuestro mundo cada vez más complejo, el diseño es indispensable tanto para resolver los problemas existentes como para identificar nuevos retos que merezca la pena abordar. La palabra inglesa "Design" tiene raíces latinas que sugieren "dar significado" Implica un proceso de simplificación que al mismo tiempo imbuye un significado profundo. Y, a diferencia del arte puro, el diseño debe ser funcional

Un diseño realmente eficaz requiere una reflexión profunda:

  • ¿Para quién estamos diseñando?
  • ¿Por qué lo necesitan?
  • ¿Qué problema específico intentamos resolver? Cuando se hace bien, sobre todo con la colaboración interdisciplinar, un buen diseño tiene el poder de crear un cambio real y resolver problemas reales para grupos específicos de personas.

El Design Thinking en acción: Un ejemplo reciente

Permítanme compartir un caso reciente de Mercury Technology Solution:

  • El cliente y el problema: Una clínica de medicina tradicional china (MTC) tenía problemas con la programación de citas. Los problemas incluían largos tiempos de espera de los pacientes, frecuentes retrasos o ausencias, y una asignación de recursos ineficiente debido a las diferentes habilidades de los médicos y las habitaciones/camas disponibles.
  • La solución tradicional de TI: El enfoque típico de TI sería la simple "digitalización", quizás implementando un calendario en línea compartido como Google Calendar. Esto aborda el síntoma superficialmente, pero no aborda la complejidad subyacente.
  • Nuestra solución basada en el diseño: Creíamos que no se trataba solo de un problema de digitalización, sino de un reto de optimización de recursos. Diseñamos un sistema que denominamos "Programación dinámica de recursos". En lugar de realizar reservas manuales en franjas horarias fijas, nuestro sistema utiliza un algoritmo (Algo) para calcular las horas óptimas de reserva de citas. Este algoritmo tiene en cuenta múltiples factores: el servicio específico requerido, la disponibilidad de habitaciones y camas, el conjunto de habilidades específicas del médico y su nivel de competencia, e incluso los datos históricos de satisfacción del paciente para citas similares.
  • Aplicación más amplia: Durante la fase de diseño, no nos centramos únicamente en la clínica de MTC. Tuvimos muy en cuenta las necesidades operativas y las experiencias de empresas de servicios similares, como salones de belleza, clínicas dentales y peluquerías, para asegurarnos de que nuestra lógica central fuera sólida y potencialmente adaptable.

El proceso: Primero la necesidad -> Diseño -> Tecnología

Este ejemplo pone de relieve nuestra metodología central: "Primero encontrar la necesidad, luego diseñar el producto/servicio" ("先找需求再設計產品/服務"). Aplicamos el pensamiento de diseño directamente al desarrollo de nuestras soluciones informáticas:

  1. Identificar las necesidades insatisfechas: En primer lugar, nos centramos en comprender en profundidad las necesidades y los puntos de dolor reales, a menudo no articulados, del mercado.
  2. Diseñar el mecanismo: A continuación, conceptualizamos y diseñamos el proceso o mecanismo que resolvería eficazmente esa necesidad (como la lógica de programación dinámica). Esto suele ser inicialmente independiente de la tecnología específica.
  3. Seleccionar/Construir la Tecnología: Sólo después de definir el mecanismo central de la solución seleccionamos las tecnologías apropiadas (bases de datos, algoritmos, marcos de interfaz de usuario, etc.) para dar vida a ese diseño de manera eficiente y eficaz.

Siguiendo este proceso -primero la necesidad, luego el diseño y después la tecnología- basamos nuestro desarrollo en problemas del mundo real. Esto aumenta significativamente la probabilidad de crear algo valioso y con éxito comercial, reduciendo así la "apuesta" inherente a la iniciativa empresarial.

Empezar un negocio no es una apuesta, necesitas un buen diseño

El nacimiento del MP3 acabó con la industria de los CD de las discográficas, Spotify/Apple Music acabó con la industria del MP3 y la función de navegación de los teléfonos inteligentes convirtió el GPS de los coches en una industria en declive. Los nuevos productos trastornan las industrias existentes y cambian el mundo. Nadie quiere que su negocio se convierta pronto en una industria en declive, porque de lo que se trata es del éxito del negocio y de hasta dónde puede llegar. Nadie quiere que su negocio se convierta pronto en una industria en declive, porque tiene que ver con el éxito del negocio y con hasta dónde puede llegar. Cada día en la vida es una apuesta, y también lo es crear una empresa.

Mientras que hace 60 años el buen diseño se refería más a la estética de un producto, ahora el foco del buen diseño se ha convertido en si un producto o servicio es más capaz de cumplir un propósito específico, funcionar y tener un impacto sostenible en la sociedad.

Al desarrollar un nuevo producto/servicio, los empresarios no sólo intentan resolver las necesidades de un determinado cliente, sino que también "apuestan" por si el nuevo producto puede venderse.

Buen diseño: "Diseño" puede ser un verbo, un sustantivo o una filosofía. Se convierte en la fuerza motriz del crecimiento de la empresa y en la oportunidad de transformación corporativa. No importa que sea tangible o intangible, siempre que se construya con un determinado ideal y propósito, se considerará diseño.

En una sociedad cada vez más compleja, el diseño se ha convertido en una presencia indispensable para resolver problemas y descubrir otros nuevos.

La palabra inglesa "design" en su connotación latina significa "dar significado", lo que significa que aunque el diseño sea un concepto simplificado, puede aportar un significado más profundo; y la mayor diferencia entre diseño y arte es que el diseño tiene funcionalidad.

Si se piensa seriamente para quién se diseña, para qué se diseña y qué problemas se intentan resolver, si se puede colaborar entre disciplinas, un buen diseño puede marcar la diferencia y resolver un problema a alguien.

Permítanme ponerles un ejemplo reciente: El cliente es una clínica de medicina china. El problema existente es el desajuste de recursos causado por las citas de los pacientes (esperas, llegadas tarde, citas perdidas) y la distinta competencia de los médicos. Si se utiliza una solución informática tradicional, suele ser "electrónica". Para este problema, no creemos que debamos optar por una solución electrónica manual. Así que diseñamos una "programación dinámica de recursos" para calcular (Algo) un tiempo reservable por servicio, habitación, cama, valor de competencia del médico y satisfacción pasada del paciente.

El diseño también tiene en cuenta las necesidades de otros sectores, como salones de belleza, dentistas, peluquerías y otras experiencias diferentes.

Seguimos el proceso de "encontrar las necesidades antes de diseñar los productos/servicios" para crear valor, y aplicamos el proceso de pensamiento de diseño a las TI. Lo más importante es encontrar las necesidades que aún no se han satisfecho en el mercado, luego volver atrás y pensar qué tipo de mecanismo se puede utilizar para resolver las necesidades y, por último, encontrar la tecnología adecuada para fabricar esta tecnología. Utilizando el método anterior, la probabilidad de éxito aumentará de forma natural y la "apuesta" disminuirá de forma natural.

Emprender siempre implica un riesgo, pero no tiene por qué ser una apuesta a ciegas. Si adoptamos el pensamiento de diseño y nos centramos en resolver necesidades reales de forma reflexiva, podemos crear empresas que no sólo tengan más probabilidades de éxito, sino que además generen un valor auténtico y duradero. Diseñar para causar impacto.
Emprender no es apostar, es diseñar soluciones
James Huang 10 de septiembre de 2021
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