El espejismo de la globalización: Por qué el "fin de la Historia" fue sólo un alto el fuego de 20 años

TL;DR: A menudo nos preguntamos: "¿Fracasó la globalización?" La cruda realidad es que estaba condenada al fracaso desde el principio. Se construyó sobre un malentendido fundamental del poder nacional y la incompatibilidad inherente de las distintas civilizaciones. Los últimos 30 años -desde el optimismo de Clinton hasta las vacilaciones de Obama- no han sido una nueva era de paz, sino una pausa estratégica en una Guerra Fría que en realidad nunca terminó. A medida que la cultura, la religión y los valores divergentes desgarran el tejido de la "aldea global", debemos aceptar que la separación, y no la integración, es la corrección inevitable.

James aquí, Director General de Mercury Technology Solutions.

Si nos remontamos al optimismo de los años 90, la creencia en un mundo unificado y globalizado parece hoy casi ingenua. ¿Fue la globalización un fracaso de ejecución? No. Fue un fracaso del diseño del sistema.

La idea de que el comercio sustituiría al conflicto era un sueño demasiado bueno para ser cierto. La realidad es que la era posterior a la Guerra Fría se diagnosticó erróneamente desde el primer día.

El pecado original: la trampa multipolar

Cuando la Unión Soviética se derrumbó, EE.UU. se enfrentó a una elección estratégica crítica: perseguir una Hegemonía Unipolar (dominio activo y costoso) o una Cooperación Multipolar (integración económica).

Con Bill Clinton, Estados Unidos pivotó agresivamente hacia el modelo multipolar. Se obsesionaron con la narrativa económica de la globalización, abandonando por completo la lógica de contención y geopolítica de la Guerra Fría. ¿Por qué? Por política interna. Jugó con el instinto estadounidense de aislacionismo: la seductora idea de que "no necesitamos vigilar el mundo; sólo necesitamos comerciar con él"

Pero esto fue un error de cálculo de cómo funcionan realmente el poder marítimo y el orden mundial. Al final del segundo mandato de Clinton, las grietas ya eran visibles. El crecimiento económico no se correspondía con la realidad del desempleo nacional y el fracaso de las transiciones industriales. Si la globalización funcionara realmente para todos, Al Gore habría arrasado en las elecciones de 2000. Pero no fue así.

El fallo histórico: el 11-S y el enemigo equivocado

Luego llegó George W. Bush, que se enfrentó a un mundo en el que el "Fin de la Historia" había llegado claramente a su fin. Pero la historia gastó una broma cruel a la estrategia estadounidense.

La visión unipolar identificaba tres amenazas potenciales:

  1. Rusia: Heredera del arsenal soviético.
  2. China: El rival ideológico y económico en ascenso.
  3. Islam: El choque de civilizaciones.

En 1990, cuando Irak invadió Kuwait, la Unión Soviética (bajo Gorbachov) se retiró, lo que permitió a Estados Unidos crear una coalición masiva de la ONU. Si Gorbachov se hubiera ceñido a las viejas reglas de juego de la Guerra Fría, Estados Unidos se habría enfrentado mucho antes a una guerra de poder en Oriente Medio.

Como eso no ocurrió entonces, Estados Unidos fue adormecido por una falsa sensación de seguridad. Cuando ocurrió el 11-S en 2001, la élite estadounidense se vio obligada a elegir un carril. Eligieron al Islam como enemigo principal. Este fue un compromiso bipartidista que condujo al atolladero de la Segunda Guerra del Golfo.

La Alianza Silenciosa: El nuevo "Vietnam cultural"

Mientras Estados Unidos estaba distraído en Oriente Próximo, intentando resolver el "Choque de Civilizaciones" con la fuerza militar, Rusia y China desmantelaban en silencio la "Diplomacia del Triángulo" kissingeriana

Se dieron cuenta de que no podían derrotar militarmente a Estados Unidos. Así que, a partir de 2004, adoptaron una estrategia de "Nuevo Vietnam"

No se trataba de una guerra en la jungla, sino de una guerra cultural y de información. Al alimentar el sentimiento antibelicista y explotar las divisiones internas de Occidente (las teorías "progresistas" que estallaron en la corriente dominante), aceleraron el cambio del orden mundial sin disparar un tiro.

Estados Unidos libraba una guerra física en Irak, mientras que sus rivales libraban una guerra cognitiva en suelo estadounidense.

El Despertar: La Guerra Fría nunca terminó

No fue hasta 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea, que la élite occidental despertó. Se dieron cuenta de que el "reset" de la era Obama era una fantasía y de que la hoja de ruta de la globalización de la era Clinton era fundamentalmente errónea.

La actual reaparición de la doctrina del "Poder Marítimo" en la estrategia estadounidense no es una "Nueva Guerra Fría" Es simplemente la reanudación del debate interrumpido en 1991. Los últimos 20 años no fueron una nueva paz; fueron sólo un período en el que Rusia y China desarrollaron nuevas herramientas para un viejo conflicto.

Por qué la separación es inevitable

La globalización supone que los incentivos económicos pueden anular las diferencias culturales, religiosas y de valores. Este es el fallo del sistema.

No se pueden integrar sistemas que tienen sistemas operativos fundamentalmente opuestos:

  • Valores: Una sociedad que prioriza la libertad individual no puede integrarse sin problemas con otra que prioriza la obediencia colectiva.
  • Religión: Una civilización basada en el derecho laico no puede armonizar con otra basada en mandatos teocráticos.
  • Cultura: Una sociedad de alta confianza no puede abrir sus fronteras a sociedades de baja confianza sin romper su propio contrato social.

La fricción que vemos hoy -guerras comerciales, el "Gran Cortafuegos", la disociación de las cadenas de suministro- no es un fallo. Es el sistema corrigiéndose a sí mismo.

El mundo no se está aplanando; se está fracturando. Y para los líderes empresariales, la estrategia debe pasar de la "Integración Global" a la "Resiliencia Regional"

No estamos entrando en una nueva era de caos. Simplemente estamos volviendo a la norma histórica. Se acabaron las vacaciones de la historia.

El espejismo de la globalización: Por qué el "fin de la Historia" fue sólo un alto el fuego de 20 años
James Huang 14 de diciembre de 2025
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